Jun
25
¿Ilusiones? Nunca dejes de soñar… (Libro de Richard Bach)
El otro día, en la sesión habitual con uno de mis clientes sobre Transición Profesional percibí como de pronto afloraban sus ilusiones por primera vez. Noté su cambio de expresión al atreverse a soñar y dar rienda suelta a su imaginación, quizá por primera vez desde que habíamos comenzado. Entonces, ¡se produjo el cambio! Un click evidente, tanto para él como para mí, que nos trasformó con su energía, de la mano de sus ilusiones. Así funciona: ¡como pura magia! Aunque en realidad, es mucho más que eso…
Ese instante me trajo a la mente un libro, «Ilusiones» de Richard Bach, que me regalaron hace bastantes años y se convirtió en el detonante de muchas de las cosas que sucederían después, entre otras, mi cambio de rumbo, volver a leer y empezar a escribir después de mucho tiempo…
Una de las frases magistrales de «Ilusiones» dice así:
«Hay una ley cósmica: despliega tu propia personalidad, serena, transparente y luminosa. Cuando irradiamos lo que somos, preguntándonos a cada instante si lo que hacemos es lo que deseamos hacer, y haciéndolo sólo cuando la respuesta es afirmativa, nuestra actitud rechaza automáticamente a quienes nada tienen que aprender de lo que somos y atrae a quienes sí tienen algo que aprender, que son los mismos de quienes nosotros a su vez aprendemos.»
Es un libro que conservo como oro en paño, como para niños… Dirigido a esos bajitos que continúan agazapados en nuestro interior, a pesar de nuestras edades, y con los que tanto congeniamos a la hora de soñar. Un libro que puede ser leído a cualquier edad y que a mí, que por entonces debía tener unos treinta, me influyó muchísimo. Quizá porque necesitaba que algo o alguien me recordara cómo volver a ponerme en contacto con aquella «niña» que había olvidado y reeconectar con sus ilusiones, mis ilusiones… Hoy quiero trasmitiros algunos pedazos de aquel pequeño tesoro, recopilando algunas de las frases de ese libro que me acompañan desde entonces.
Frases del libro «Ilusiones» que tocaron mi alma:
Tu única obligación
en cualquier período vital
consiste en ser fiel a ti mismo.
Ser fiel a otro ser, o a otra cosa
no sólo es imposible,
sino que también es el
estigma del falso Mesías
La mejor forma
de rehuir la responsabilidad
consiste en decir:
Tengo responsabilidades.
En cada uno de nosotros reside el poder de prestar consentimiento a la salud y a la enfermedad, a la riqueza y a la pobreza, a la libertad y a la esclavitud. Somos nosotros quienes las dominamos y no otro.
El vínculo que une a tu auténtica familia no es de sangre, sino de respeto y de goce mutuo.
Para vivir libre y dichosamente, deberás sacrificar el tedio.
No es siempre un sacrificio fácil.
No te dejes
abatir por las despedidas.
Son indispensables como preparación
para el reencuentro.
Y es seguro que
los amigos se reencontrarán después de algunos momentos
o de todo un ciclo vital.
Tus amigos
te conocerán mejor
en el primer minuto del encuentro
que tus relaciones ocasionales
en mil años.
¡Te recomiendo leerlo y detenerte en cada frase! Recrearte con Richard Bach. Él era aviador y los dos personajes de la historia también lo son. Ofrecen vuelos cortos a grupos pequeños de pasajeros -en algún lugar de Estados Unidos- y ese referente, conecta con otro que también está grabado en mi retina y que os ofrezco a continuación para que nunca dejéis de soñar: la bella escena de «Out of África» de Sydney Pollack:
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