Feb
9
Viajar, conocer gente con mentalidad abierta e internacional con quienes aprender y compartir. Sacar fotos, pasear por la playa en invierno. La lluvia, cocinar con amigos y hacer cine debate. Me apasiona el arte en general y las películas en particular, todo lo que tiene que ver con ellas: realización, historia, personajes, etc. Te diría que me apasiona el oficio. Desde jovencita participé en los cortometrajes de mis amigos cinéfilos, como actriz, extra o asistente, de cualquier cosa que ellos necesitaran, deseosa de aprender y disfrutar de un entorno que me fascinaba.
¿De qué se tratan tus películas?
Mi género favorito es el thriller/drama, aunque también disfruto mucho con comedias de calidad y creo que por eso todas mis pelis tienen algo de eso: un misterio a descubrir, el que sea, o un conflicto de relaciones no sanado aún, o un personaje con humor ácido y tierno a la vez, o diferencias en la interpretación de la misma situación. También siempre hay algo de diversidad e interculturalidad. Las personas que mejor me conocen dicen que en mis películas se nota tanto mi perspectiva psicológica como la espiritual.
¿Por qué crees que lo tuyo es el montaje, y no tanto el guión, la producción o la actuación?
Porque para mí el montaje es lo que más peso tiene en una película: tú puedes cambiar la historia e incluso llegar a transformar totalmente su género simplemente editándola de forma diferente. Cuando filmo o dirijo, voy haciendo el montaje en mi cabeza. No sólo es lo que me sale de manera natural y lo que más disfruto, sino que es el principio que ordena todas las ideas, siempre, incluso antes de ser realizadas.
Lo más disparatado que has hecho
De niña con mis hermanos, tapar el inodoro con revistas mal trituradas para poder jugar a los náufragos cuando conseguíamos desbordarlo e inundar el baño. De adulta, quizás mejor me lo guardo.
¿Un deseo?
¡Muchos! Que todo el mundo pueda realizar sus deseos, que todos los cineastas, independientes, creativos y sensibles tengan trabajo siempre. Además, poder viajar a más países diferentes y que todo el mundo sea más feliz y viva en armonía, aunque suene utópico o trillado.
¿Un reto?
Despertarme apenas suena la alarma.
¿Alguna manía inconfesable?
Tengo una relación complicada con el teléfono y cuando me invitan a comer, me pone muy nerviosa mi necesidad de aclarar que detesto la salsa de tomate.