Oct
16
¿Decimos adiós a la tristeza? (PÉRDIDAS, ©19)
Una de mis canciones preferidas de Silvio Rodríguez es Unicornio. En ella, el cantautor describe sus sentimientos ante ante la pérdida de su querido «unicornio azul». Son los mismos que se experimentan ante las pérdidas importantes de la vida, que es preciso elaborar y conllevan un duelo, del que siempre acabamos saliendo reforzados o lo que es lo mismo, desarrollando resiliencia.
El proceso de duelo consta de cinco etapas: incredulidad, regresión, manifestación de emociones y sentimientos, desolación y aceptación. Según Jorge Bucay, el mayor desafío al que puede enfrentarse un individuo sano, es saber que puede enfrentarse a la pérdida de cualquier cosa, por terrible que parezca, algo intrínseco al proceso de maduración con el fluir de la vida.
De algún modo, madurar es aprender a despedirse y éste es un razonamiento válido también para la pérdida de empleo. Si es éste tu caso, te recomiendo leer otro artículo de este mismo blog: pérdida de empleo
La bella canción de Silvio Rodríguez describe con sensibilidad algunos sentimientos típicos de las etapas más emocionales de los procesos de duelo, que evocan ternura y con los que todos estamos familiarizados, aunque sea como meros espectadores:
No obstante, para evitar el apego a la nostalgia que podría contagiar la canción, me gustaría finalizar esta entrada con otra como contrapunto. La que refleja la otra cara de la situación y nos ayuda a mirar hacia adelante. Es una canción de Jorge Drexler, otro cantautor que me entusiasma, e invita a superar esos sentimientos con la esperanza que transmite, apoyándonos en esa fuerza interior que todos llevamos de serie y en la esencia cíclica de la vida. Es sencilla y fresca, transmite positividad y fluidez y dice, entre otras cosas: «… si todo empieza y todo tiene un final, hay que pensar que la tristeza también se va. Se va, se va… ¡Se fue!»