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¿Para qué un período iniciático?
El significado de viajar para mí es polisémico porque ha ido cambiando a lo largo de mi vida, poniendo remedio a casi todos los males que me han aquejado. Al principio significó descubrir y experimentar, cuando no sabía nada de mundos distantes. Pronto descubrí su efecto terapéutico y se convirtió en escape o evasión de mi realidad cotidiana. Ése fue su segundo significado, en una época en la que viajaba dos veces al año lo más lejos posible, para conseguir el oxígeno necesario para el resto del año. Hubo un tercer significado, el más imporante, que fue el de período iniciático.
Diferencia entre período iniciático y sabático
Viajando empezó a rondarme la idea de un viaje sabático, un sueño que me distanciaría de mi no-realización profesional. Me acompañó mucho tiempo y fue instalándose, cada vez más, después de cada viaje. Poco a poco, se acabó convirtiendo en la oportunidad de volver a empezar profesionalmente desde un lugar diferente. ¿Escapismo? Ya no… Más bien superficencia, ¿qué más da como lo llames si el resultado incrementa tu felicidad? Lo importante fue la transformación que produjo y la forma en que se incorporó a mi vida a partir de entonces.
¿Un sabático es un viaje?
No necesariamente… Las opiniones sobre el interés de un sabático son múltiples, tantas cómo realidades. Se trata de un recorrido individual que cada cual decide cómo hacer, sin normas, y que incluso se puede hacer en compañía. No tiene que ir asociado con un viaje físico, pero sí con una experiencia y es una buena oportunidad para revisar cualquier aspecto de nuestra vida que no esté funcionando como deseamos. Es un privilegio, porque no es fácil que se den las condiciones necesarias para hacerlo: autonomía personal, económica y cierto tiempo por delante, factores difíciles de conciliar en determinadas épocas de la vida.
Es una forma de tomar distancia de lo que hemos sido y de lo que han sido nuestras rutinas hasta el momento, para reanudar la marcha forma renovada. Además, las aportaciones del camino son individuales, aunque se comparta, y la interpretación de un mismo recorrido tendrá que ver con esas circunstancias individuales.
La clave está en el regreso
Lo más dificil del sabático es el regreso y a la vez,es el momento más clave. Por eso es importante saber volver, aunque sea al mismo lugar geográfico o lógico, porque el retorno se produce con otra mirada. Hay un momento claro para ello, aquél en el que sientes haber andado lo suficiente y dependerá de tu búsqueda, así como de tu propia percepción. Si se excede, se corre el riesgo de quedar fuera de ruta, en un mero ejercicio de evasión y sin materializar el cambio que se perseguía.
El retorno es dificil porque los resultados no son inmediatos y generalmente se vuelve con cierta dispersión, más de la que se tenía al marchar, y sin evidencias de la transformación experimentada que irá aflorando poco a poco. Es entones cuando hay que perserverar, sin tirar la toalla, creer en uno mismo y darse tiempo para que los cambios se manifiesten.
La marcha y el regreso de Forrest Gump
Un buen ejemplo de sabático es aquél en el que Forrest Gump decide correr. Lo alargó hasta que percició que lo había completado, pero las respuestas llegarían más tarde, con la perspectiva de esa reconexión consigo mismo:
Mi sabático fue también un viaje geográfico de nueve meses, que se completaría con tres más a nivel mental y todo un período de trabajo que necesité para matareializar la transformación profesional (reinvención). Desde entonces, me dedico a acompañar a otras personas en sus tránsitos profesionales, porque no siempre podemos tomarnos el tiempo que requiere un cambio. Actúo como catalizadora de los procesos de otros, algo que eché de menos durante mi reinvención y que descubrí como verdadera vocación.
De esta nueva época surge un cuarto significado para la palabra viajar: camino. Por eso, aseguraba en mi artículo sobre felicidad laboral: «elige el viaje que quieres y todo cambiará, ¡invierte en el proceso!»