Ago
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Las Pampas (preamazonia) -Rurrenabaque, Bolivia- (§Q, pág. 159)
A Rurrenabaque se llega habitualmente en aviones de hélice desde la Paz. En nuestro vuelo, había más pasajeros que asientos, así que a algunos de nosotros nos acomodaron entre el equipaje, dónde pasamos un buen rato entre la sorpresa, las risas y el alma en vilo, a causa de las turbulencias y de las condiciones en las que viajábamos.
Una vez en Rurre, nos dirigimos a las Pampas, una zona del Parque Natural de Madidi -preamazonia- en la que estaríamos tres días y en la que nos adentramos siguiendo el curso del río Tuichi, desde el embarcadero de Santa Rosa, una localidad a unas dos horas de Rurre a la que llegamos por un polvoriento y destartalado camino.
Ya en Santa Rosa, dimos encuentro al guía local y tomamos dos canoas hacia nuestro campamento, en un precioso recorrido que hicimos con otros seis viajeros. En el trayecto, nos cruzamos con todo tipo de animales, que seguiríamos observando los siguientes días, la mayoría perfectos desconocidos: capibaras, cuajos, garzas, maribús, tapacarés, anacondas (cobras), caimanes, tortugas, monos, termitas y bunas -unas hormigas que pican, causando un dolor muy intenso- entre muchos otros. Nos alojamos en un lugar habilitado como campamento natural, a orillas del mismo río, custodiado por unos intimidantes caimanes que teníamos que esquivar para bañarnos.
Hacíamos recorridos tanto diurnos como nocturnos, que siempre se iniciaban en barcaza, la única forma de dejar nuestro campamento y la más habitual para transitar por la zona. El primer día me sentí descolocada y cosa extraña en mí, decidí no bañarme en el río. Entre el sudor, el polvo y mis ya célebres tiritas en la cara para proteger mis heridas del sol, no conseguía organizarme. El guía interpretó que tenía miedo y me insistió: ¿No piensas bañarte en tres días? Sin embargo, no tardó en comprobar que no estaba en lo cierto, ¡para mí sería imposible estar en un lugar como aquel y no disfrutar del agua!
Al día siguiente, salimos a avistar serpientes: dos anacondas y una boa, pero… ¿No es mejor que lo veáis y oigáis por vosotros mismos? A continuación podréis ver dos vídeos de la maravillosa zona, el primero con el sonido natural y el segundo en otro idioma (aunque con algunas explicaciones en castellano), ¡lo siento! Es el mejor que he encontrado de la zona que visité y, al fin y al cabo, ¡lo que importa es el paisaje!
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