Bolivia: cambas y coyas (o collas) -§M, pag. 156-

Santa Cruz

Decidí marcharme a Bolivia después de mucho darle vueltas a los horarios de autobús… Seguía en Salta y las circunstancias recientes que habían rodeado mi viaje, me habían obligado a quedarme por los alrededores durante más de un mes. De alguna manera, había perdido ritmo, o quizá sea más preciso decir que había convertido mi estancia en el Norte de Argentina en mi  Zona de Confort.

Me había sentido cuidada y atendida, por eso me costaba dejarla atrás para atravesar la frontera de La Quiaca a Villazón. En cuanto tomé conciencia de que eso era lo que me ocurría, salí a comprar el primer boleto que encontré hacia La Quiaca, adónde me dirigí esa misma noche.

Hice un largo recorrido, porque tenía previsto encontrarme con una amiga de Barcelona, en Santa Cruz de la Sierra cinco días más tarde, y para llegar a tiempo, debía cubrir una distancia enorme, que decidí realizar en dos etapas, descansando tres noches en Sucre.

Bolivia es un país con una gran diversidad de ecosistemas y, aunque se considera predominantemente andino o altiplánico, posee una gran extensión de territorio amazónico, de valles interandinos y una región que pertenece al Gran Chaco -el territorio forestal más extenso de América del Sur después del Amazonas- que comparte con Argentina, Paraguay y Brasil. Al llegar a Santa Cruz de la Sierra (ver imágenes), pude notarlo perfectamente. Estaba en un territorio totalmente diferente, de aspecto colonial y tropical. Era el territorio de los cambas, muy contrastado con el de los coyas (o collas), que son los bolivianos del altiplano:

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