Volcan Hudson ( §G: pág. 87)

Los Antiguos (Argentina) es un pueblo situado a orillas del Lago Buenos Aires. Un lugar que me pareció alegre, por contraste con la inhóspita la Ruta 40 de la que venía.

El lago dejaba sentir su presencia hasta en la brisa y, como necesitaba hinchar mis pulmones y desintoxicarme del traqueteo de los días anteriores, aproveché ese domingo tranquilo, donde todos parecían estar echando la siesta, para hacer una caminata hasta allí y reponer pilas.

Al día siguiente, me dispuse a cruzar la frontera a Chile Chico, a una media hora de allí y en la misma orilla del lago, que en Chile se llama Lago General Carrera. Para llegar hasta Coyhaique, donde dormiría con mis compañeros de viaje de entonces, tendríamos que cruzar primero el lago en transbordador. La lluvia, que ya nos acompañaba desde la frontera, se volvió tormenta justo cuando lo atravesábamos, provocando un intenso oleaje. Sin embargo, a pesar del temporal, me sentí reconfortada tras los áridos días precedentes.

En Los Antiguos había una gran variedad de fruta, asequible en cualquier chacra de la zona (casas con huertos frutales). Antaño había aún más, pero las cenizas del volcán Hudson destruyeron gran parte de esos huertos, cuando entró en erupción en  1991 del otro lado de la frontera (Chile). Un acontecimiento que dañó la zona y mermó el futuro económico del lugar y del vecino Chile Chico. Esta segunda población fue mucho más afectada que la primera y su aspecto de abandono es mayor. La emigración fue masiva tras la erupción del Hudson, pasando a ser la principal fuente de ingresos el dinero que envían los que se vieron obligados a marchar entonces.

Nos entretuvimos muy poco allí, justo el necesario para tomar el trasbordador del Lago General Carrera y continuar la Carretera Austral hacia Coyhaique (hacia el norte).

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