Feb
27
Las Transiciones Profesionales periódicas hace tiempo que no son una novedad, sino una de las condiciones habituales del mercado laboral del siglo XXI. En una trayectoria profesional actual, nos enfrentaremos a un cambio relevante cada seis u ocho años (y menores muchos más). Además, algunos de esos cambios, que son los que consideramos «de reinvención«, supondrán una fuerte renovación en nuestra vida laboral y personal.
Cuando los profesionales que han desarrollado toda su carrera en una única compañía o han tenido una trayectoria centrada en una única disciplina, salen de forma brusca al mercado y aterrizan en un contexto de oferta escasa y salarios estancados, se suelen sentir dominados por el miedo a “salir de la rueda”, ésa en la que todos los engranajes estaban engrasados y adaptados a su realidad personal, bajo reglas del juego conocidas que les aportaban sensación de seguridad laboral, estuviera justificada o no.
En realidad la seguridad laboral no existe y se trata de un término que deberíamos reemplazar cuanto antes por el de sostenibilidad laboral, mucho más dinámico y vinculado a una renovación constante, acorde con la realidad actual. Un concepto sutilmente diferente que no tiene nada que ver con la inmovilidad que sugiere el primero, sino que representa todo lo contrario y alude a la capacidad de enfrentarse a renovaciones periódicas con toda naturalidad.
A pesar de su experiencia consolidada, muchos de estos profesionales desconocen los mecanismos del mercado del trabajo y los resortes que pueden accionar para acelerar su tránsito hacia una nueva opción profesional satisfactoria y temen dejar de pertenecer a un mundo que colmaba sus necesidades. Permanecer demasiado tiempo en la Zona de Confort, es decir, invariables, es de por sí inestable, aunque pueda parecer lo contrario. Lo único que permanece, es el cambio y el mundo, como dictan las leyes de la física, tiende a la entropía.
La auténtica estabilidad laboral vendrá determinada por tu resiliencia y por tu capacidad creativa, para crecer y adaptarte a cada nueva realidad. Por eso, la renovación continua es la auténtica consigna. ¿Y cómo puedes conseguir esa adaptación? Estando siempre en forma para crecer en espiral, salir de la rueda tantas veces como sea necesario y evolucionar hacia un plano que te permita desarrollarte, sin temor a enfrentarte a lo desconocido, al tener asumido que forma parte de la vida y que periódicamente volverá a llegar el momento y serás capaz de moverte hacia una situación mejorada una vez más, gracias a la experiencia adquirida y a las habilidades que vas desarrollando, en mejora continua.
Tu empleabilidad va a venir determinada por la capacidad que tengas de poner tu Talento Único al servicio de los demás y de evolucionar con él. Por eso, resulta fundamental conocerlo, mantenerte creativo, desarrollar tu Marca Personal en torno a ese núcleo y comunicarla, incluso si estás trabajando en el seno de una compañía. Es necesario que te conectes con tu capacidad emprendedora, mucho más próxima al mundo de las ideas y sueños, porque ellos son las auténticas claves de tu pérdida de empleo
Para acabar el post, me gustaría hablarte de algunas diferencias entre los profesionales con o sin marca personal, extraídas del libro «Los próximos 30 años de Álvaro González-Alorda) que él denomina asimetrías:
- Asimetría de visibilidad: el primero enterrado en su organización, el segundo con un grado de exposición que le proporciona nuevas oportunidades.
- Asimetría económica: el primero exclusividad y el segundo pudiendo prestar sus servicios a varias empresas, incrementando su nivel de remuneración.
- Asimetría de experiencia: un profesional con marca puede ir asumiendo nuevos retos con muchas empresas a un ritmo mucho más acelerado, ganando experiencia y CV.
- Asimetría de perspectiva: visión estratégica al colaborar con diferentes profesionales, multiempresariales y multisectoriales.
- Asimetría de flexibilidad: adaptación a necesidades de vida personal.
- Asimetría del tiempo: horas presenciales organizadas por el mismo, sin dar cuentas.
- Asimetría de independencia: sin miedo al despido.
- Asimetría de seguridad: a favor del asalariado.
Volviendo a mi razonamiento y revisando estas asimetrías, observa que la última es la única que favorece al asalariado respecto al trabajador con marca personal, ¡y ya no existe! La hemos sustituido por sostenibilidad (muy conectada con la independencia). Por eso, ¡anímate a cultivar tu marca personal aunque estés trabajando para una empresa! Mañana puedes estar fuera pero no saldrás de ninguna rueda porque lo tu movimiento es en espiral e infinito. ¡Disfrútalo!